Movilización social de protesta contra la decisión del Tribunal
Supremo sobre las hipotecas
CCOO
LLAMA A LA CIUDADANÍA PARA EXPRESAR SU INDIGNACIÓN Y EXIGENCIAS A
TRAVÉS DE LA MOVILIZACIÓN
CONCENTRACIONES
SÁBADO, 10 DE NOVIEMBRE A LAS 18,00 HORAS
Ante el Tribunal Supremo en
Madrid y ante las Audiencias Provinciales y TSJ de las principales
capitales de provincias
Como
ciudadanos y ciudadanas y como trabajadores y trabajadoras de la
Administración de Justicia tenemos que manifestar nuestra
indignación por la decisión del Tribunal Supremo en relación con
los impuestos de las hipotecas
Esta semana hemos asistido a uno de los episodios más tristes de la
historia de la justicia española: el Tribunal Supremo, es decir, la
Administración de Justicia, ha utilizado vericuetos legales
incomprensibles para la ciudadanía para mostrar su cara más amarga.
El artículo 117 de la Constitución afirma que “la justicia emana
del pueblo” y es incompresible, por tanto, que se adopten
decisiones en contra de la inmensa mayoría de ese pueblo y en favor
de una pequeñísima parte privilegiada, la banca, que ha encontrado
en el Tribunal Supremo un perfecto aliado para seguir esquilmando los
bolsillos de los consumidores.
Los trece votos en contra de esta inaceptable decisión del alto
tribunal y las tres sentencias de la propia Sala de lo
Contencioso-Administrativo que han sido ninguneadas, muestran a las
claras que la decisión podría haber sido perfectamente la contraria
y favorable a los intereses ciudadanos.
El personal que día a día trabajamos en los juzgados, tribunales
y fiscalías, formamos parte fundamental de este servicio público
esencial que debería ser el de la Administración de Justicia. Pero
de lo que no formamos parte es de las decisiones de los jueces ni
tampoco de este tinglado político-judicial que nos obliga a trabajar
día a día en los juzgados, tribunales y fiscalías, con unos medios
personales y materiales absolutamente deficientes, para que el fruto
de nuestra labor sea, en ocasiones como esta, totalmente contrario a
las personas que nos pagan y a cuyo bienestar nos debemos y en
beneficio de una minoría privilegiada.
Por estos motivos no podemos permanecer en silencio ante esta
desastrosa decisión del Tribunal Supremo y nos ponemos en primera
línea para denunciarla y para exigir soluciones.
Rechazamos también las palabras grandilocuentes y vacías de quienes
desde los partidos políticos dicen ahora estar del lado de los
consumidores y las consumidoras, mientras que durante los 40 años de
democracia se han puesto de perfil o claramente a favor de la banca y
otros colectivos privilegiados a la hora de legislar. Intentan
mostrarse con indignación y con sorpresa ante la decisión de una
Justicia que han tenido abandonada a su suerte y que no han dejado de
manipular en función de sus propios intereses.
La independencia judicial es uno de los pilares sobre los que se
asienta el Estado de derecho y la Justicia (y la política que la
regula) ha mostrado, una vez más, no ser independiente y estar
sometida a los intereses de los grandes poderes económicos.
Los trabajadores y las
trabajadoras de la Administración de Justicia también decimos
¡basta ya!
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