martes, 25 de agosto de 2015

El experimento sueco que funciona: jornadas laborales de seis horas









El experimento sueco que funciona: jornadas laborales de seis horas

La mitad de los empleados públicos de Gotemburgo trabaja
seis horas, la otra mitad ocho horas. A final de año
se comprobará qué grupo ha sido más eficiente.


09.08.2015 


El laboratorio de políticas públicas de Suecia vuelve a ganarse la atención del mundo. 
Desde principios de este año, la ciudad de Gotemburgo, la tercera más importante
 del país, utiliza a sus empleados como cobayas. La idea es la siguiente: la mitad de sus 
funcionarios trabaja solo seis horas al día, mientras la otra continúa con su jornada 
habitual (ocho horas al día, 40 horas a la semana).
Este experimento de la izquierda sueca pretende comprobar si es posible ser más 
eficientes trabajando menos. Su teoría es que con una jornada laboral más respetuosa 
con la conciliación familiar, sus empleados serán más eficientes y dedicados con su labor
ya que tendrán más energía. Eso significa también que caerán enfermos en menos
ocasiones y estarán más comprometidos con la empresa.
"A final de año vamos a comparar a los dos grupos. Esperamos que la plantilla se 
coja menos días de baja por enfermedad y se sienta mejor física y mentalmente", 
ha explicado Mats Pilhem, teniente de alcalde de la ciudad al diario 'The Local'.

Resultados positivos

Aunque el experimento tiene solo unos pocos meses de vida y es pronto para sacar 
conclusiones, parece que por el momento la idea está funcionando. "Ha ocurrido lo que 
yo esperaba. Mi vida se ha vuelto más tranquila y agradable.Tengo más energía en 
mi tiempo libre y además soy más activa en mi trabajo", explica Jennie Anttila, 
una enfermera del hogar de mayores Svartedalens en declaraciones a la televisión local. 
También los jefes están contentos con la experiencia. "La mejora en el bienestar de 
los trabajadores es innegable. Están menos presionados y tienen más energía. Pienso 
que es un buen modelo laboral", valora la gerente del centro, Ann-Charlotte Dahlbom, al 
diario 'Goteborg Daily'.

Prueba y error

No es la primera vez que los suecos tratan de reducir la jornada laboral para ganar en 
eficiencia. El último caso fue precisamente en Gotemburgo, en una fábrica de automóviles, 
y el resultado fue también positivo.
La mejora en el bienestar de los trabajadores es innegable. Están menos presionados
 y tienen más energíaSin embargo, los nórdicos recuerdan todavía otro ejemplo que
 no salió tan bien. En 1989 el municipio de Kiruna instauró la jornada reducida para 
sus trabajadores sociales. El sistema funcionó durante 16 años pero finalmente
 fue abolido en el 2005 por "necesidades económicas y sociales". 
De acuerdo con Hans Sedwell, vicepresidente del consejo económico de Kiruna, el 
proyecto era demasiado caro y difícil de mantener. "Ha sido costoso para el distrito y 
se ha demostrado que no se pueden mantener dos convenios de trabajo distintos 
en una misma organización", consideró.   
Una visión distinta aporta Carina Bidt, investigadora del Instituto nacional de vida y 
Trabajo en Suecia: "Es difícil demostrar que los trabajadores de Kiruna mejoraron 
sus condiciones de vida con la jornada reducida, pero también es difícil probar lo contrario.
 Eso puede ser porque no se produjo ningún cambio con esas dos horas menos o 
porque no se han evaluado sus efectos", juzga la investigadora. 
Es difícil demostrar que los trabajadores mejoraron sus condiciones de vida, pero también 
es difícil probar lo contrario
La jornada de trabajo reducida (de 30 horas semanales) ha sido durante años una de las 
banderas de la izquierda a la que se han opuesto siempre las patronales del país y la 
derecha. El debate se alarga desde los 90 sin resultados empíricos concluyentes.
"El experimento de Gotemburgo y sus efectos generarán previsiblemente un debate 
a nivel nacional que de ser exitoso, podría llevar a introducir la jornada laboral 
reducida a escala nacional", juzgan los investigadores de la universidad de 
Oxford, Mats Kullander y Petter Danielsson.

La cultura del presentismo

De acuerdo con un estudio de Adecco, los españoles trabajan menos horas que la media 
europea. La jornada laboral media en el conjunto de la Unión Europea fue en 2012
 de 40,4 horas por semana, mientras que en España la cifra fue (oficialmente) de 40,2 horas 
semanales.
Así, España es el sexto país del mundo donde más se trabaja. Por delante están 
Reino Unido, que encabeza la lista con 42,3 horas semanales, seguido por Portugal 
(41,3 horas), Polonia y Rumanía (ambas con 41 horas) y Alemania (40,7 horas).
Sin embargo, está claro que en la realidad en España es muy distinta. Mucho se ha 
hablado sobre la cultura del presentismo y las jornadas laborales extensibles en nuestro 
país. Aquí la propuesta sueca suena a exotismo.
La jornada partida, con dos horas para comer, pone muy difícil a los españoles que 
puedan conciliar su vida privada con su trabajo. Mientras en el resto de Europa apenas 
se dedican 45 minutos a la comida, aquí la media está en dos horas y eso lleva 
inevitablemente a que se salga mucho más tarde del trabajo y se dedique cada vez menos 
tiempo al ocio y a la familia. 
"Cuando el trabajo invade la esfera privada de forma constante, la productividad se reduce", 
asegura Ignacio Buqueras y Bach, Presidente de la Comisión Nacional para la 
Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), en declaraciones a 'El Confidencial'. 
"Las personas se vuelven irritables, menos comprensivas con los intereses de su 
empresa, más propensas a accidentes laborales o de tráfico y más estresadas. Todo 
esto merma la productividad”, añade.

Para luchar contra el absentismo

El absentismo laboral en España supuso un coste a la Seguridad Social de 8.000 millones 
de euros, según un estudio de ARHOE. De él se concluye que las jornadas 
maratonianas propias de nuestro país están directamente relacionadas con el absentismo 
en el trabajo, por lo que su racionalización se convierte en uno de los factores que más 
contribuyen al aumento de la productividad y de la competitividad de las empresas. 

Aunque hablar de una jornada reducida a nivel generalizado en nuestro país sea 
una quimera, la instituciones empiezan a ver con buenos ojos las jornadas intensivas, 
menos invasivas con la esfera privada. Es un pequeño paso para aquellos que luchan 
por la racionalización de los horarios en España. Eso sí, Suecia y su laboratorio quedan
 (y parece que quedarán) a años luz.

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